Padre
Alejandro Solalinde:
Durante más de 3 meses he estado
tratando de encontrar palabras para usted.
Y
vino el Papa, y se fue. Y sí, es un mejor Papa, pero para lo que se necesita se
queda muy corto (de cosas como ésa quiero
hablarle).
… y salió la carta de la jerarquía
católica mexicana en la que esos angelitos dicen que alguien le chismeó al
Papa, porque ellos no viven como príncipes… y salió algo del Padre Camilo
Torres, uno que no quiso (o no pudo… tal
vez los angelitos simplemente son lo que hay en su corazón, es decir, en su
cerebro) vivir como príncipe (y de los angelitos y del pobre Camilo Torres también quiero
hablarle)…
Y en esta espera obligada también leo
sus tuiters (pienso que se ve mejor que
twitters), como el del 11 de abril en
donde usted pone las cosas de México en 2: en pueblo y en gobierno: en un pueblo bueno y en un gobierno malo. Y tal vez
por ahí es por donde puedo empezar (porque no
sólo es el gobierno quien es malo, dañino, asesino, mentiroso, corrupto, necio,
ignorante, violento, vicioso, egoísta, el gobierno es sólo el peor aspecto de
eso, porque puede robar –o asesinar, o
mentir– sin tener que ponerse un antifaz,
porque puede robar aunque no esté en despoblado, porque él es “La Ley”, y “El
Orden”, pero como del infierno, o de un manicomio).
Porque estamos obligados a salir de la
locura (o tontería, o pecado, o
sonambulismo, o ceguera) en que vivimos
actualmente, pero no sólo vivimos así en México, pero nosotros estamos en
México y por algún lugar se tiene que empezar.
Pero al vernos obligados a enfrentarnos
a esa locura, tenemos que saber muy bien a qué nos enfrentamos, contra qué
estamos luchando, para así poder con ello, para por fin poder contra lo que
hasta aquí no se ha podido (para no seguir
naufragando, para que los buenos no sigan naufragando): contra tanto mal, contra tanto que no está bien. Pero el
problema es que no sólo nos enfrentamos al gobierno, nos enfrentamos a una
situación humana, es decir, a una situación de la naturaleza (una naturaleza a la que también se le conoce como mundo, pero ese
mundo es todo lo que existe, esa naturaleza, o mundo, es sólo la realidad, lo
real, las cosas reales. De las cosas reales quiero hablarle, porque dentro de
esas cosas reales está la explicación de la mentira, del poder, de la
simulación, de la historia, de las cadenas en las que estamos).
Y voy a seguir escribiendo esta carta,
pero por lo pronto se la mando así como está hoy porque si no lo hago así se me
va a seguir yendo el tiempo y voy a seguir sin tener comunicación con usted.
Y en los 3 meses que llevo pensando en
cómo decirle a usted todo lo que veo le escribí una carta al filósofo Ramón
Kuri y en esa carta también hablo de usted, esa carta está en http://ramonkuricarta.blogspot.com